El proyecto

Letras que cuentan

Un proyecto de investigación, documentación y experimentación
sobre la tipografía, rotulación y escritura urbana en Valladolid, que tiene como colofón final una exposición en la Sala 0 del Museo del Patio Herreriano.

Foto: José Ignacio Gil.

El carácter de Valladolid

Las letras nos rodean. Están en todas partes. Nos lanzan mensajes de todo tipo. En nuestra ciudad podemos encontrarlas en los rótulos de los establecimientos, en los letreros de las calles, en los graffitis de los muros, grabadas en la piedra de las fachadas o en las señales de tráfico.

Cada ciudad tiene un lenguaje único y particular que se traduce en piezas tipográficas. Muchas de ellas están a punto de desaparecer para siempre. Pero en ellas se esconde todo un legado, no solo artístico, sino también cultural, que alberga la identidad y la esencia de la trayectoria de toda una ciudad.

Valladolid con carácter rescata todo este patrimonio cultural que aún permanece en nuestras calles, antes de que sea demasiado tarde. También rememora algunas de las ya desaparecidas y recuerda otras voces que se escuchaban en la calle. En esta exposición nos veremos reflejados en la ciudad de la que formamos parte. Nos invitará, a través de las piezas artísticas derivadas, a una reflexión de (auto)análisis.

Identidad Gráfica

Los rótulos de las calles de Valladolid creados en el siglo pasado, supervivientes de varias décadas y algunos aún presentes, son un legado de un inmenso valor cultural. Al igual que la arquitectura, la rotulación marca y define el carácter de una ciudad. Son creaciones únicas que la diferencian frente a cualquier otra.

La identidad de una ciudad no es más que aquello que todos compartimos. Nos cruzamos a diario con millones de letras. Sus formas y su composición en conjunto importan, y mucho. Se han impregnado en nuestra retina y nuestro subconsciente, y representan todo nuestro recuerdo colectivo de las vivencias compartidas como vecinos de Valladolid.

A través de los rótulos se expresa la vida de una ciudad entera: sus hitos, sus costumbres y sus hábitos. En ellos siguen vivos todos los años de los que han sido testigos. Las letras son capaces de comunicar mucho más allá del mensaje que representan.

La voz de la calle

En el barrio existen voces que sobreviven a los momentos de quietud. El punzón, el spray y el rotulador se convierten en herramienta de una cultura popular capaz de representarse y hablar por sí misma. Las pintadas que nos encontramos en la calle, hechas con alevosía pero no siempre con premeditación, reflejan el descontento de la sociedad, la defensa de una idea o la indignación ante una injusticia. Otras, más instintivas, revelan la exaltación del amor adolescente (y el desengaño posterior) o la gamberrada sin sentido. Todas ellas son elementos orgánicos del ecosistema urbano, que ni se desconocen ni se perciben en el tránsito de nuestro día a día.

Solamente cuando nos tomamos el tiempo y la calma suficiente para observarlos comprendemos la significación real de estos mensajes: la apropiación de la calle, la reivindicación del espacio público como algo que nos pertenece, que podemos usar, y el sentir de pertenencia sobre los lugares donde marcamos nuestra impronta.

Dafne Calvo

Foto: Miriam Chacón.

GRACIAS EN MAYÚSCULAS

A Esperanza GarcésLuminosos LuceRótulos TesedoLuminosos SMARótulos TeanImprenta Angelma por ayudarme a mostrar vuestro oficio y transmitirme vuestra vocación.

Chuchi Martínez por dar voz a palabras que tenían que ser escuchadas y ayudarme a que hoy vuelvan a hacer eco.

A todas las personas que han participado en este proyecto, en especial a los artistas y colaboradores. Por dejarse engañar, por compartir mi pasión y por formar parte de mi vida. 

Laura Asensio